O así al menos lo aseguraba Víctor Mora a través de su personaje «El Jabato», el íbero más famoso con el permiso de Indibil y Mandonio. Y en mi opinión no le faltaba razón. Ayer mismo, en la quinta parte de la serie de artículos «Guía para publicar tu novela», comentaba que uno de las desventajas de publicar con una editorial es la escasa vigencia de los libros. Después de dos o tres meses, se considera que una novela está «muerta» si no se ha convertido en un éxito. Desaparece de las librerías arrollada por una miríada de novedades (que a su vez seguirán el mismo destino, salvo bestseller), y ya nadie habla de ella en las redes sociales, en los blogs de reseñas, en las webs literaria… Pero, en ocasiones, hay títulos que, sin llegar a ser superventas, sobreviven en el tiempo, que se resisten a desaparecer del todo. Y para mí es una enorme satisfacción que mi primera novela, «El espíritu del lince«, sea una de estas.
Más de treinta apariciones en medios de diversa índole, una docena de actos relacionados con la novela (entre presentaciones y tertulias), veinticinco entrevistas para hablar del libro, cuarenta reseñas… Sin duda no son cifras que puedan competir con las de un autor bestseller, pero sé cuál es mi posición: con dos novelas a la espalda, soy un autor desconocido todavía para el gran público. Y aún así, el goteo de actividades relacionadas con mis íberos y cartagineses no ha cesado. Qué cabezotas son. Cuando parecen derrotados definitivamente, vuelven a aparecer.
Como ayer mismo. Una nueva reseña, la cuarenta y uno, si no me falla la memoria (de todas ellas, solo un par negativas y otra regular). En el blog «Las lecturas de Shaka», Sara Montero Dueñas opinaba tras leer la novela (adquirida en la biblioteca, alternativa gratuita y legal que hay que defender por encima de otras no tan éticas… ya sabéis). A uno le hace especial ilusión que tras tanto tiempo todavía haya gente que se anime a leer un libro que ya no está en las estanterías de la mayoría de librerías.
Sobre todo si descubres que esta amiga lectora ha disfrutado del tiempo dedicado. «La novela me ha encantado. Ya sabéis que el género histórico es mi favorito y me he encontrado con una novela ágil, plagada de acción y diálogos y con unos personajes de lo más interesantes», asegura Sara. Bueno, dice muchas más cosas, porque realiza un análisis bastante extenso. Un análisis, cierto, de lectora, no de crítico profesional. Pero esto no es menos valioso, al contrario. ¿Acaso no son los lectores medios aquellos a los que aspiramos a llegar, en general?
Os recomiendo que visitéis el blog de Sara. Y, ya de paso, que le sigáis dando una oportunidad a estos íberos. Me consta que el libro está presente en muchas bibliotecas (y si no, podéis pedirlo en cualquier librería). Con vuestra ayuda, Icorbeles y compañía seguirán resistiendo contra el peor de los enemigos. Y no hablo de los cartagineses o los romanos, hablo del olvido.