El martes comenzaba una de las citas ineludibles del mundo literario y editorial, la Feria Internacional Liber 2014, bajo un sentido homenaje a una de las grandes figuras que perdimos hace poco: Ana María Matute. Un año más, Barcelona acoge a editores, autores, agentes (con la novedosa apertura al público en general), en un clima cada vez más enrarecido debido a la inseguridad del sector. 450 editoriales, de más de 60 países, buscan reafirmar su lugar en el cambiante panorama cultural.
Parece ser que la clave está en la internacionalización de nuestros libros, o al menos así lo da a entender esta nueva edición del Liber, que se ha abierto más que nunca a las editoriales en castellano de otros puntos del mundo. También la traducción ocupa la mente de autores y agentes literarios, que ponen sus ojos en el mercado anglosajón.
Según el Presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Xavier Mallafré, “nuestro objetivo es que, durante los tres días que dura la Feria, autores y editores puedan convivir y compartir experiencias con los lectores, conocer sus gustos y demandas y, además, podamos mostrar la vitalidad e importancia de nuestro sector tanto dentro como fuera de nuestras fronteras”.
Este objetivo no sería posible sin la tan demandada apertura al público de la feria, algo que en mi opinión era más que necesario. De modo paralelo, diversas librerías y bibliotecas por toda Barcelona refuerzan el evento con firmas y presentaciones en sus locales. Mientras tanto, en el recinto principal se puede encontrar a autores como María Dueñas, Agustín Fernández Mallo, Javier Gómez Jurado, Maria Carme Roca, Fernando Iwasaki, Manuel Vilas, Jordi Soler, Rosa Montero, Luz Gabás, Marta Rivera de la Cruz, Mercedes Cebrián, Nacho Ares, Jordi Mata, Marta Sanz, o Maruja Torres, entre muchos otros. Todos ellos tienen un punto de encuentro con los lectores en el espacio habilitado para tal uso,”La Librería».
Pero sin duda alguna el protagonista principal del salón, aunque no figure en los stands de manera física, es el ebook. Las palabras «digital» y «electrónico» copan gran parte de los actos programados. El mundo editorial ha dejado de considerar tabú estos términos, y acoge debates sobre el cambio que supone el libro electrónico para la industria, capitaneados por autores como Lorenzo Silva o Juan Gómez-Jurado. Como consecuencia del debate sobre la era digital, es inevitable que también el tema de la piratería corra de boca en boca.
No pueden faltar tampoco las mesas redondas monotemáticas: novela histórica, policíaca, juvenil, literatura iberoamericana y oriental, contemporánea, o una charla sobre la obra de María Dueñas «El tiempo entre costuras».