Una buena novela se basa en tres conceptos básicos: una historia interesante, una narración solvente y unos personajes que lleguen al lector. El acierto o la carencia en estos tres puntales pueden alzar una obra a lo más alto del arte literario o sumergirla en el desprecio de los lectores.
En este artículo me centraré en esos personajes inolvidables que han surgido de uno de mis géneros favoritos como lector: la literatura fantástica. Este es mi particular lista de éxitos, pero os invito a que vosotros propongáis vuestras propias elecciones.
20. Dosflores (saga “Mundodisco”, de Terry Pratchett): Es difícil elegir el personaje más desternillante de la saga Mundodisco, de Terry Pratchett, pero en mi caso me quedo con Dosflores. Procede del Imperio Ágata, en el continente Contrapeso, y es simple y llanamente un turista que decide visitar Mundodisco. El primero, de hecho. En Ankh-Morpork contrata al mago Rincewind como guía, quien se las ve y se las desea con la fastidiosa capacidad de Dosflores para meterse en líos. Gordo, de pequeña estatura y siempre vestido con los llamativos colores clásicos de cualquier turista que se precie, Dosflores lleva consigo en todo momento su iconógrafo (¡ningún turista puede ir por ahí sin una cámara fotográfica!) y un baúl de madera con patas que le sigue a todos lados (con muy malas pulgas y un apetito insaciable). Las aventuras de Dosflores le llevaron a escribir el que sería un auténtico bestseller en su mundo natal, “Lo que hice en mis vacaciones”.
19. Kvothe (saga “Crónica del asesino de reyes”, de Patrick Routhfuss): «He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Me llamo Kvothe. Quizás hayas oído hablar de mí». Un personaje que se define a sí mismo de este modo tiene que ser apasionante por obligación. En “El nombre del viento”, de Patrick Routhfuss, Kvothe es un guerrero retirado que intenta pasar desapercibido ejerciendo como un calmado posadero. Pero su leyenda salta de boca en boca, las aventuras que protagonizara son narradas a lo largo de los Cuatro Rincones de la Civilización e incluso en su propia presencia, sin que los bardos sepan que el protagonista de las fábulas está frente a ellos. Músico, estudiante, luchador y arcanista, Kvothe es uno de los personajes más complejos y fascinantes de la literatura épica.
18. Eddard Stark (saga “Canción de Hielo y Fuego”, de George R.R. Martin): El sobrio Señor de Invernalia se erige como un personaje sólido desde el primer momento de “Juego de Tronos”, el primer volumen de la saga de George R.R. Martin, lo que hace más impactante su desenlace personal. Ned, patriarca de la casa Stark, tiene un sentido del honor muy arraigado. Sacrificado, amante de su familia por encima de todo, es una recreación muy realista del héroe que desprecia las intrigas y traiciones propias de las cortes palaciegas. Y ya sabemos que si algo abunda en las obras de Martin son los embrollos de ese tipo, así que Stark se ve enfrentado pronto a lo que más aborrece. Eddard es un hombre práctico, un señor atípico ya que le gusta la cercanía con sus vasallos, a los que trata de modo cordial y tan justamente como su posición le permite. Carga con varios pesares del pasado, como todo lo relacionado con su hijo bastardo Jon Nieve, la muerte de su hermana Lyanna o el de su otro hermano, Brandon, quien hubiera tenido que ser el Señor de Invernalia. Eddard Stark carga en sus espaldas con la obligación de estar a la altura de lo que Brandon tenía que haber sido, pero se siente en todo momento muy por debajo de este objetivo. Sin embargo, es respetado por sus aliados e incluso sus enemigos admiten su honorabilidad. A pesar de ello, su carácter franco y sincero choca de frente con las artimañas de la Casa Lannister cuando el Rey Robert lo elige como Mano del Rey y debe trasladarse a Desembarco del Rey. El desenlace final del personaje refleja claramente que la mayor cualidad de Eddard es el sacrificio por los suyos.
17. Nicasia Recorretúneles (“La Corte de los Espejos”, de Concepción Perea): Nicasia es una knocker del gremio de ingenieros que vive en la Corte de los Espejos, capital de TerraLinde. En este reino solo viven criaturas mágicas que ven a los humanos como personajes nacidos de los cuentos. Nicasia tiene un carácter complejo: mal genio, tiene tendencia a las intrigas y, en ocasiones, es vengativa. Pero en el fondo, muy en el fondo, tiene su corazoncito. Eso sí, plagado de secretos, y propenso a enzarzarse en pullas con Dujal, un phoka al que le encanta picar a Nicasia con constantes travesuras. Un personaje delicioso, bien construido, y con un toque Steampunk original y curioso. Por cierto, a Nicasia le encantan las explosiones. Su vehículo preferido es un carro impulsado por pólvora que ya quisiera Fernando Alonso.
16. Gavilán (saga “Terramar”, de Ursula K. Le Guin): El protagonista de “Un mago de Terramar”, una de los clásicos del género, es un joven impulsivo y lleno de curiosidad que quiere aprender los secretos de la magia. Tiene ciertas características típicas de este tipo de personajes, como son el ansia de ser un gran mago y la imprudencia nacida de la escasa paciencia de la juventud. Un personaje imperfecto, que comete más de un error, y que debe aprender por las malas lecciones como la aceptación de que el poder debe ir acompañado de sabiduría. El aprendizaje moral, más que el que hace referencia al poder, es el centro argumental de Gavilán, que se ve permanentemente en conflicto consigo mismo y sus decisiones. Su historia es siempre una lucha por conocerse a sí mismo, en especial su lado oscuro.
JAVIER PELLICER 
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