En demasiadas ocasiones la inventiva del ser humano ha derivado hacia direcciones realmente escabrosas. Antiguas culturas alcanzaron cotas horribles de creatividad e ingenio traducidas en torturas a cada cuál más aberrante.
Una de ellas la descubrí durante el proceso de documentación de mi tercera novela «Leones de Aníbal». Mientras recogía información sobre la sociedad de los galos, por cuya región transcurre parte del famoso viaje del líder cartaginés Aníbal Barca, descubrí una terrible costumbre que no dudé en incorporar a la novela: El hombre de mimbre. ¿En qué consiste esta práctica? Os lo explico en este artículo. Sigue leyendo