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«Hablar de esta época y país me ha cerrado muchas puertas» – Entrevista a Javier Lacomba

alt="El Cuarto Disparo, Javier Lacomba, ucronía, Kennedy, entrevista, javierpellicerescritor.com"

La novela negra es uno de los géneros más en forma del panorama literario actual. Si a esto le añadimos premisas tan sugerentes como bucear en posibles futuros alternativos de nuestra Historia, junto con eventos grabados a fuego en el pasado reciente, el resultado es una obra que atrae de manera irremediable. Es lo que ocurre con El Cuarto Disparo (Ed. Babylon), del autor valenciano Javier Lacomba, y que vamos a desgranar gracias a esta entrevista.

El Cuarto Disparo parte de una pregunta apasionante: «¿Y si Kennedy hubiese sobrevivido a su atentado, y en su lugar hubiera fallecido su esposa Jacqueline?». ¿De dónde surgió esa idea?

Pues surge de la materia de la que están escritas la mayoría de las novelas: del “Y si”. Esta vez un “Y si…” propiamente dicho al tratarse de una ucronía, de una historia especulativa. Siempre me han fascinado este tipo de historias, desde los cómics Marvel de What If, en los que podíamos vislumbrar un mundo en el que Gwen Stacy o Elektra sobrevivían a novelas y películas como “Patria” de Robert Harris, en la que se desarrollaba una trama policiaca en un contexto en el que Hitler ha ganado la Segunda Guerra Mundial. Le sumas a eso mi interés por los años 60 en general y por Estados Unidos en particular, por el cine, y por las novelas de suspense, y obtienes “El Cuarto Disparo”.

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-Tal y como comentas, estamos ante lo que se conoce como una ucronía, esto es, una reconstrucción de la historia en torno a un acontecimiento que ocurrió de un modo distinto («Punto Jonbar», del que hablé hace poco en Twitter). Se trata de un recurso argumental muy interesante pero a la vez complicado de manejar, ya que se corre el riesgo de crear reconstrucciones ilógicas y excesivas. ¿Tuviste algún tipo de problema en ese sentido?

Lo primero que quiero hacer notar al responder a esa pregunta es que se podría llegar a pensar que el hecho de estar “inventando la historia” te puede aligerar de la carga de documentarte sobre la misma, y en realidad es más bien al contrario. La historia contrafactual es una rama de estudio reconocida como válida por muchos historiadores y aunque la ucronía es su reflejo literario, exige para funcionar un estudio exhaustivo de los hechos reales, e incluso de la psicología de aquellos que los protagonizaron a partir de lo que sabemos, para trazar una divergencia que sea coherente y plausible. Es evidente que muchos historiadores y expertos pueden no compartir la reacción de Kennedy ante la muerte de su esposa, pero está basada en lo que sabemos, incluyendo discursos no pronunciados y ya escritos en el momento de su muerte. Lo mismo ocurre con otros personajes históricos que aparecen en la obra, como Robert Kennedy, John Edgar Hoover o JFK. Tienen que “sonar” como los reales, y mantenerse las mismas relaciones entre ellos que en nuestra historia conocida, aunque sea en estas circunstancias alternativas. Esos fueron los desafíos con los que me encontré al crear ese contexto en el que se mueve el relato.


alt="Kennedy, asesinato, Javier Lacomba, entrevista, javierpellicerescritor.com"-Kennedy es una de esas figuras que nos sigue fascinando por muchos años que pasen. ¿Cuál crees que es el motivo?

Con Kennedy y su ámbito se juntan muchos elementos que le otorgan ese halo de fascinación: la propia época, que siempre ha sido atractiva, en cuanto a que fue una intersección entre nuestro pasado y nuestro presente, allí donde se iniciaron muchos de los movimientos culturales y sociales que hoy vivimos. También en aquellos momentos se inician muchos avances tecnológicos que hoy disfrutamos. Fue una época de cambios, en el que el mundo estuvo a punto de perecer pero al mismo tiempo se sintió más vivo que nunca. A eso le sumas un presidente joven e idealista, al menos sino de hechos sí de gestos y discursos, mezclado con un halo de romanticismo trágico coronado por el suicidio de un mito de Hollywood y un oscuro final para él y para, unos años después, su propio hermano. Es una combinación irresistible, que además deja mucho margen para la especulación.

-En cualquier caso, los protagonistas principales son los miembros de una familia de Los Ángeles, cuyo patriarca, el periodista Thomas Glass, investiga una serie de asesinatos en Hollywood. La ambientación nos mete de lleno en una novela negra con diversas tramas que se cruzan entre sí. Cuéntanos algo más sobre el argumento.

El contexto ya lo sabes, ese punto divergente trae consecuencias para toda la nación y para el mundo entero: Un Kennedy llevado al límite por sus propios fantasmas y la muerte de su esposa por una bala que sabe que iba dirigida a él y de la que culpa al comunismo, le lleva, con el apoyo de Johnson, a meterse de lleno en Vietnam y a promover una Ley de reclutamiento forzoso que moviliza a cientos de miles de jóvenes. Entre ellos está Peter, el hijo de Thomas Glass, un periodista íntegro, que se verá abocado a tomar decisiones imposibles mientras contempla impotente como su familia va siendo despedazada por los acontecimientos: su hijo reclutado y recibiendo los cantos de sirena de una extraña organización estudiantil; su hija Annie en el punto de mira de un asesino llamado “El Apache”, que caza jóvenes similares a Marilyn que buscan fortuna en Hollywood igual que ella; y para lidiar con todo eso solo dispone de sus propios recursos y de la ayuda de un joven periodista enamorado de Annie y que colabora con un detective de la policía de Los Angeles para atrapar a El Apache antes de que vuelva a matar. Y por encima de todo eso sobrevuela JFK, sus decisiones, y las de aquellos que intentaron eliminarlo, y que no se dan por vencidos con el fracaso de su plan en Dallas.


-Hollywood, la sociedad norteamericana de los 60, Vietnam, el oscurantismo de las conspiraciones… Retratas una época y un país que hemos visto infinidad de veces en el cine, aunque no tanto en literatura, al menos de mano de autores españoles.

Exacto. El hecho de que sea tan raro que un autor español hablara de esta época y país me ha cerrado muchas puertas con la novela a la hora de poder encontrarle un hogar. Con claridad te lo digo, muchos me objetaban que no veían a un autor español hablando sobre estos temas, como si solo pudiéramos escribir novelas de género negro ambientadas en España y con ese toque costumbrista al que estamos habituados. Sinceramente, me parece absurdo, pero así han sido las cosas, por eso agradezco mucho a Nisa Arce y a Ediciones Babylon que hayan sido valientes y hayan apostado por la novela.


-Esta es tu primera novela, pero me consta que llevas años formándote como escritor a través de talleres y cursos literarios. En un mundo literario donde cualquiera puede publicar una obra, sin importar la calidad que esta tenga, ¿qué valor le das a una buena formación como escritor? ¿Es tan necesaria como antes, o el lector está más dispuesto a aceptar las carencias del autor que empieza?

Al lector le da igual que hayas escrito una o mil obras: si le aburres, cierra el libro. Si no te cree, cierra el libro; si no le importa lo que cuentas… ya sabes como termina la frase, ¿no? La formación básica del escritor es imprescindible para tener una brújula, y yo he tenido grandes maestros como Antonio Penadés, Mauro Guillén y Sebastián Roa, pero sobre todo es importante leer mucho y escribir mucho, hasta encontrar tu propia voz. Todo eso se notará en lo que destiles en tu obra, que será lo que hará que el lector te juzgue. Eso, y la constancia sumada la motivación, que es la hermana gemela de la inspiración.


-Eres también abogado especialista en Propiedad Intelectual y Derechos de Autor. En el caso de los autores, creo que esta es una de las asignaturas que tenemos pendiente. Nos centramos en el aspecto creativo pero olvidamos toda la (engorrosa) parafernalia legal, lo que lleva en ocasiones a graves errores y problemáticas. ¿Qué opinas al respecto?

Aquí también te voy a ser muy sincero: precisamente antes hablabas de la formación del escritor. Hoy en día vemos cursos de formación que abarcan los aspectos más técnicos de la escritura en si, incluso teorías y fórmulas matemáticas a la hora de estructurar los giros en un relato corto, lo cuál está muy bien si te sirve, por supuesto, y es muy respetable. Pero el escritor muchas veces olvida que, en cuanto la novela sale de sus manos, le está esperando esa red invisible que nos rodea a todos y que rige nuestras vidas sin que nos demos cuenta: el derecho. Y entonces ya nada importará todo lo que sepa, y todas las horas de esfuerzo y dedicación, porque su obra estará a merced del derecho, y el derecho determinará el destino de esa novela: porque de ahí y de la ley aplicable saldrá el contrato editorial que fijará las condiciones en las que va a ser publicada esa novela, y marcará, si el autor decide autopublicarse, las relaciones de ese escritor con correctores, portadista, etc. También establecerá qué puede exigir el autor como contraprestación a su esfuerzo, y le protegerá de posibles abusos. Para eso, aunque no se convierta por supuesto en un abogado, el escritor debe desarrollar como mínimo una cultura de la prevención jurídica que le ayude a saber cuándo ha de ser muy cuidadoso con lo que firma. Porque después, por mucho que la ley y los tribunales declaren abusivo un contrato, anularlo tiene un coste, tanto en tiempo como en dinero, que se puede evitar con un poco de sentido común y teniendo claras una serie de conceptos básicos que tenemos claros en otros ámbitos de nuestra vida, y que misteriosamente muchos olvidan cuando se trata de su obra literaria: como que si te compran algo no debes ser tú el que pague, sino el que cobre, o que si montas un negocio los que reforman el local no se pueden quedar con su propiedad y con la mitad de sus ventas. Así que veo básico la formación y la concienciación en ese aspecto y agradezco, por ejemplo, que Antonio Penadés haya incorporado una sesión impartida por mí a su taller de narrativa en Valencia, que se celebrará a partir de abril en el Museo L´Iber, lugar emblemático que tú también conoces.


-Especialmente sangrante es el tema de las
«editoriales» que se dedican a la autoedición encubierta, de las que he hablado en ocasiones en esta web. Tengo entendido que te has autoimpuesto denunciar estas prácticas, al igual que yo.

Sí, así es, si esas editoriales fueran vampiros tú y yo seríamos Blade, para entendernos y poner un poco de humor a un asunto que no tiene ninguna gracia. Lo peor es que ellas son muy conscientes de la irregularidad de sus actos, pero juegan, aparte de con esa falta de conocimiento que comentábamos antes, con la pasividad de muchos autores que prefieren “no meterse en líos”. Unas cuantas sentencias ejemplarizantes harían mucho, pero llegar hasta el final es algo que solo depende del autor perjudicado. Hasta entonces, solo podemos concienciar y como te dije un día, mostrar las obras del “diablo” y describir cómo actúan estas editoriales (por llamarlas de alguna manera) para que el escritor esté prevenido, pues ese “diablo” puede tener muchos nombres e incluso la misma “editorial” puede cambiar de denominación cuando se ve quemada en las redes.


-Pregunta obligada: ¿Qué nuevos proyectos te esperan?

Pues seguir jugando al Tetris con mis horarios para sacar tiempo para las teclas: próximamente un nuevo relato de la Generación Bibliocafé en el evento transmedia de homenaje a los Beatles en Valencia, y en el que prometo que mi relato recorrerá caminos poco transitados respecto a los de Liverpool; terminar mi manual de derecho literario, que espero que contribuya a esa concienciación de la que antes hablábamos, y seguir con mi segunda novela, de la que tengo el borrador a mitad: esta vez, un thriller psicológico que transcurre en la actualidad y con localizaciones a caballo entre Valencia y San Sebastián. Como ves, ámbito más cercano, como me pedían, pero no por ser complaciente, sino porque lo veo conveniente para la historia que quiero contar, que es lo único a lo que debo obediencia como autor.

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