Al inicio de esta nueva temporada en la web, ya anunciaba que mi intención era expandir la temática de la página hacia otras manifestaciones culturales, quizás no relacionadas directamente con el mundo del libro, pero no por ello menos apasionantes. La entrevista de hoy es un claro ejemplo de a lo que me refería, aunque su protagonista también está irremediablemente unida a la literatura. En esta charla conoceremos a una artista polifacética donde las haya, que tanto es capaz de escribir una novela como de actuar en una obra de teatro o posar como modelo. Con todos vosotros, Laura Luna.

·Escritora, actriz, modelo… Se podría decir que te mueves permanentemente en torno al arte. ¿Cómo y en qué momento surge esa atracción por las distintas manifestaciones artísticas que forman parte de tu vida?

·Siempre me he sentido atraída por el arte como forma de vida; lengua, literatura e historia del arte eran mis asignaturas preferidas en el colegio. Pero vayamos por partes: llevo escribiendo desde los nueve años, desde que en clase de lengua nos enseñaron a hacer poemas y narraciones de ficción y me animé a crear los míos (muy naïves, por cierto). En cuanto a la fotografía, siempre me ha gustado interpretar delante de una cámara y ya empecé a colaborar en proyectos artísticos de compañeras que estudiaban comunicación audiovisual. Era algo que me gustaba hacer y que dejé de lado para centrarme en mi carrera de traducción, pero al mudarme a Madrid y conocer a Muriel Dal Bo y su firma Sublime, aquella pasión volvió a florecer. Muriel, al verme ante la cámara, me sugirió que me animara a hacer teatro para explotar mi expresividad. Vi un casting de la compañía Trece Gatos, con quienes llevo embarcada hasta hoy.

·Esta es una web dedicada principalmente a la literatura (aunque se esté abriendo a otras realidades culturales), así que empezaré preguntándote por tu carrera como escritora. Tu bio profesional está repleta de participaciones en antologías, especialmente de corte fantástico. ¿Por qué te ha atrapado este género?

·Tal vez porque es un género en el que tienes mayor libertad para crear, moldear nuevos mundos a los que evadirte y que no podemos disfrutar en el plano real. O, si lo quieres decir de otra manera, me gusta tener la cabeza en las nubes.

·Tu primera novela fue “Nebuloso’s Fantasy” (Pedro Escudero Ediciones, 2013), una obra en clave de humor en torno a otra de tus pasiones, los videojuegos (en este caso, los de rol). Un planteamiento desde luego original, fresco. Háblanos un poco de esta obra y de su concepción.

·Pues, como bien has señalado, soy una apasionada de los videojuegos y estos son una de mis mayores fuentes de inspiración. Nebuloso’s Fantasy nació de ellos y de una tarde en la que bromeaba con mi chico sobre clichés en los videojuegos de rol clásicos como los Final Fantasy, Breath of Fire o Dragon Quest. Aquello me inspiró en hacer un relato a modo de parodia de esos clichés que fue creciendo hasta convertirse en Nebuloso’s Fantasy. ¿Y de qué va Nebuloso’s Fantasy? Un cuento de género épico-cómico sobre un adolescente de 16 años que es elegido para ir a rescatar a la típica dulce princesa en apuros, y cómo va viviendo diversas aventuras que le darán salsa a su misión y en las que conocerá gente tan interesante como el sacrificado Borrón, la valerosa Tifona, el peculiar Cerbecero y el amigo de lo ajeno Kakos.

·En cualquier caso, parece que en los últimos tiempos tu carrera literaria ha estado en pausa, y que te has centrado más en esas otras facetas de las que vamos a hablar. ¿Por qué este descanso? ¿Volverá la Laura Luna escritora?

·Tras Nebuloso, intenté escribir un par de novelas que no me acabaron de convencer, no terminaron de emocionarme lo suficiente como para comprometerme con ellas. Tal vez necesito volver a ellas desde otro enfoque. Tal vez necesitaba experimentar otros mundos. O tal vez encontrar en mi cerebro otra historia que sí me enamore de verdad. Tal vez vuelva, cuando redescubra que escribir me hace feliz.

·Curiosamente, siempre he apreciado una potente similitud entre el trabajo de escritor y el de un actor. Ambos, cada uno a su modo, interpretan historias y personajes que no son él mismo. ¿Crees que esa es la conexión entre ambas facetas de tu vida artística?

·Puede ser, porque yo también lo veo así. El escritor también es un poco “actor”, en el sentido que tiene que ponerse en la mente de personajes que no tienen nada que ver con él, y hacer que vivan sus historias de manera verosímil, que reaccionen de manera coherente, que tomen las decisiones que tomarían ellos, con su personalidad y trasfondo, y no otros.

·E imagino que ocurre lo mismo con el trabajo de modelo, donde por lo que se comenta también se interpreta un rol. ¿Es quizás ese concepto, el de buscar “saborear” vidas ajenas, lo que te mueve?

·Ser modelo tiene parte de interpretar, pero no tanto personajes como conceptos y emociones mientras procuras que la figura que creas con tu cuerpo sea estética. Todo depende del tipo de fotografía y de lo que busque el fotógrafo transmitir: a veces se interpreta un personaje, otras una idea, y en otras se busca resaltar un vestuario o estilismo.

·Como modelo, estás centrada en posados fotográficos, y has trabajado para firmas como Sublime Style Dark & Vintage Designs o fotógrafos como Muriel Dal Bo o EcceHomo (entre muchos otros). El pin-up y el vintage son tus especialidades. Para la gente que no conoce muy bien el mundillo, ¿qué caracteriza a estos dos tipos de fotografía? ¿Y por qué te decantaste por ellos?

·La fotografía pin-up es un tipo de retrato en el que se busca resaltar la picardía y sensualidad de la modelo, que aparece mirando a cámara con actitud sugerente y divertida y/o sonriendo, con un estilismo muy definido y que resalte la belleza personal de dicha modelo. La fotografía vintage es la que recrea épocas antiguas con cierta nostalgia, mediante la técnica y el estilismo.

¿Por qué son mis estilos predilectos? Además de tener un look que encaja muy bien ese tipo de fotografía, son estilos que disfruto mucho a la hora de posar. Me gusta la sensualidad que es elegante, sugerente y el procesado de imagen que se ve en la fotografía antigua, así como el estilismo de épocas pasadas.

·A pesar de lo presentes que están en nuestra sociedad, el trabajo de modelo sigue siendo algo bastante desconocido. A mí me gusta especialmente mostrar un atisbo de los distintos protagonistas artísticos en su ámbito profesional diario. ¿Cómo es una sesión fotográfica habitual para una modelo como tú?

·Todo empieza cuando el fotógrafo y yo nos ponemos en contacto (ya sea porque me inscribí en su casting, o porque le gustara mi perfil o lo que fuera) y planeamos la sesión por intercambio de correos o mediante una reunión presencial. Allí me cuenta el tipo de proyecto que quiere hacer, la localización en la que se realizará, el tipo de accesorios que harán falta, las condiciones, tipo de remuneración, etc. y acordamos una cita para la sesión. El día antes preparo una bolsa con el maquillaje y vestuario necesarios (en caso de que lo aporte yo) para la sesión. Al llegar a la localización, firmamos un contrato de cesión de derechos para el uso de las fotos y, mientras el fotógrafo prepara los flashes y la cámara, yo paso a maquillarme, peinarme y ponerme el vestuario para la sesión (si la localización es en exteriores, suelo ir lista de casa). Después empezamos a posar. El fotógrafo hace unos pocos disparos para comprobar que la luz y los flashes funcionan, mientras yo empiezo a calentar poses. Entonces, según el tipo de fotografía que se busca, elaboro unas poses u otras, que ya traigo pensadas de casa o que improviso según me inspira el lugar. En ocasiones, es el fotógrafo quien te dicta la pose exacta, con la exacta separación entre los pies y entre el brazo y el torso, y yo creo la pose dictada. A veces hay un descanso para cambiar de vestuario o retocar maquillaje o peinado y/o reponer energías si es una sesión larga.

·A la mayoría de nosotros lo de posar en una simple foto casera ya nos resulta incómodo. Imagino que para ti no lo es. Pero teniendo en cuenta la, digamos, alta carga sexual de muchos de tus trabajos, ¿lo fue al principio, durante tus primeros posados?

·En primer lugar, yo no diría que mis trabajos tienen una “alta carga sexual”. Tengo sesiones muy sugerentes, debido a su concepto, pero no las calificaría de sexuales. De hecho, no hay un solo acto sexual en ninguna de ellas, puesto que el porno es un género que no trabajo.

En cuanto a la incomodidad, es cierto que hace unos años me pides de hacer una sesión de desnudo y me habría negado rotundamente, pero gracias al curso de modelaje con Muriel Dal Bo para Sublime aprendí a valorar y apreciar mi cuerpo, a considerarlo una herramienta creativa. Para mí, un desnudo puede estar desligado del erotismo, e incluso una foto vestida puede resultar muy erótica. Y, en el erotismo, no hay nada de vergonzoso.

·Recuerdo que hubo una fuerte polémica cuando Facebook decidió eliminar algunas de tus fotos, en concreto aquellas en las que posabas desnuda…

·Todos conocemos la absurda política antipezones femeninos de Facebook (como si el cuerpo humano tuviera algo de criminal), y alguien que me odiara por cualquier motivo la aprovechó contra mí para denunciar una de mis fotos. No creo que fuera una persona ofendida moralmente por un desnudo, sino por mí, y aprovechó esa arma contra mí. Facebook me castigó al rincón, y yo le castigo sin tetas. Facebook, lo que te pierdes…

·Aparte de esta polémica, ¿has recibido algún tipo de crítica “destructiva” por tu trabajo como modelo? ¿Crees que la sociedad acepta de buen grado trabajos como los tuyos, o que todavía sigue anclada en el conservadurismo rancio de otras épocas, a pesar de las apariencias?

·He recibido críticas destructivas, pero no a mi trabajo, sino al hecho que haga con mi cuerpo lo que quiera. Y eso es muy distinto. A todo el mundo le gusta ver mujeres desnudas, si bien hay cierta hipocresía moralista con el tema de trabajar con el propio cuerpo. Eso sí, a mucha gente le incomoda que una mujer tenga control sobre su cuerpo y decida mostrarlo.

·Y entonces apareció una nueva pasión, la interpretación.

·En efecto. Como dije antes, era una espina clavada en mí, que removí al posar para Muriel. Ella me sugirió, por mi expresividad, que me apuntara a una compañía de teatro. Me apunté a un casting de Trece Gatos, y aquí estoy. He colaborado en un par de cortos amateurs también, como Fundido en Negro (dirigido por José Javier Arce y en postproducción) y en Collapsis, de Mattia Bianchi.

·Has actuado en obras de teatro como “El Experimento del Doctor Wilmar”, “Muerte en el Nilo” o “Sueño de una Noche de Verano”. Actualmente estás representando la obra “Cluedo”. ¿Nos comentas algo de esta última?

·«Cluedo, el juego de la sospecha» es una obra de teatro basada en la película a su vez ambientada en el célebre juego de mesa. Es una obra trepidante, con un amplio reparto de personajes a cada cual más carismático, llena de humor y misterio y que para todos nosotros ha supuesto un gran reto, porque es una obra que depende de una coordinación y de un ritmo perfectos para que funcione. Si queréis saber más, venid a resolver el misterio a nuestro mansión. Escribid a reservas13gatos@gmail.com y guardad vuestra entrada, ¡que enseguida se agotan!

SI TE HA GUSTADO LA ENTREVISTA, COMPÁRTELA