En esta nueva entrega de Escribir empieza con “E” de estilo, voy a abordar uno de los problemas más difíciles de evitar. Hablaremos de las repeticiones, el modo de advertirlas y cómo solucionarlas mediante la utilización de sinónimos.
·El magnífico (o terrible) mundo de los sinónimos: La repetición es una figura literaria muy poderosa, con diversas clases muy utilizadas especialmente en poesía (anáforas, anadiplosis, concatenaciones, epíforas, etc…). En prosa también se ve cuando pretendemos dar fuerza a un concepto, o potenciar la sonoridad de una oración:
“El mal entró en mí. Un mal seductor. Un mal que susurraba naderías en mi alma. Un mal que me acariciaba, me tentaba y me prometía los mayores placeres imaginables.”
La repetición de la palabra “mal” le da a esta idea una dimensión que atrapa al lector y refuerza la empatía con el personaje. Traslada una emoción, algo clave en cualquier texto literario. Pero cuando la repetición se utiliza por desconocimiento y escaso dominio del vocabulario, es síntoma de un estilo pobre. Veamos otro ejemplo:
“El grupo de aventureros entró en el bosque con paso decidido. Era un bosque de árboles vetustos, enormes y viejos, en los que se intuía una vieja presencia escondiéndose entre los troncos de los árboles.”
Si nos fijamos, advertiremos tres repeticiones inútiles en apenas dos frases: “bosque”, “árboles” y “viejo”. Este tipo de patinazos es muy común durante la primera escritura de un texto, porque es entonces cuando nuestra mente está desbocada creando y no atendemos a la corrección de lo que escribimos. Es durante el proceso de revisión cuando debemos apreciar estos fallos y solventarlos. Nuestro idioma es muy rico y existen multitud de sinónimos que nos pueden ayudar. También podemos transformar las oraciones para evitar estas repeticiones. Observemos ahora cómo podría quedar el texto anterior:
“El grupo de aventureros entró en el robledal con paso decidido. Era un bosque de árboles vetustos, enormes y ancianos, en los que se intuía una vieja presencia escondiéndose entre los troncos.”
Es cierto que existen vocablos difíciles de esquivar. El pronombre posesivo “su” es una de mis pesadillas, así como la utilización del pretérito pluscuamperfecto durante las narraciones en pasado, que incitan a la repetición del elemento “había”. Este último caso es complicado de evadir porque exige una reconstrucción de alguna de las oraciones implicadas, ante la imposibilidad de utilizar sinónimos:
“Su hermano le mostró con orgullo su nueva espada. La había encargado a su maestro herrero, el cual había estado forjándola durante días en su taller.”
Y tras una corrección, podría quedar así:
“Su hermano le mostró con orgullo la nueva espada. La había encargado al maestro herrero, el cual pasó días forjándola en el taller.”
La clave para minimizar el uso de repeticiones, para apreciarlas durante el proceso de revisión y saber cómo solucionarlas, no es otra que la experiencia y la capacidad lectora de cada cual. Como escritor, practicando mucho, y como lector leyendo constantemente para ampliar nuestro vocabulario lo máximo posible. Ah, y por supuesto hay tener a mano un diccionario de sinónimos (bien sea en papel u online, como la magnífica WordReference.com).
Ahora bien, nuestro empeño en utilizar sinónimos puede llevarnos al exceso y a empeorar la situación, al aplicar términos demasiado rebuscados, alejados del lector medio. De ello hablaré en la próxima entrada de esta serie de artículos.
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Escribir empieza con «E» de estilo – Introducción
Escribir empieza con «E» de estilo – Sencillez y brevedad
Escribir empieza con «E» de estilo – Redundancias y narrador neutro
Hola, me encantat tus consejos. Una pequeña observación, cuando propones, en el ejemplo: “un bosque de árboles vetustos, secos y ancianos” ¿no se podria suprimir ancianos? Antes ya hemos dicho vetustos, que es lo mismo
Siendo muy escrupulosos, sí. Pero «vetusto» y «anciano» no son en realidad sinónimos, tienen significados ligeramente distintos. «Vetusto» tiene un grado más intenso que «anciano», y además tiene la condición de anticuado. Algo o alguien anciano no necesariamente tiene que ser anticuado. En cualquier caso, tu propuesta me parece más que razonable y mejoraría la frase sin lugar a dudas.